La familia Marrón Fernández, vecinos de la localidad de Estepa, sufrió una desafortunada desgracia durante la matanza anual del cerdo, debido a la ingesta de carne contaminada por triquinosis. Está enfermedad que se transmite a través de los alimentos crudos o mal cocinados, es provocada por un parásito microscópico. Dependiendo de la ingesta de carne y de un tratamiento terapéutico rápido y efectivo, sus consecuencias pueden ser fatales. Como fue el caso de la familia Marrón Fernández, corría el año 1951, ya que por aquellos tiempos no se aplicaban los estrictos controles sanitarios, ni el correspondiente analisis de la carne por parte del veterinario. Murieron: Doña Ana Fernández Chía, Don manuel Marrón Ríos y su hija Carmen Marrón Fernández. Quedaron huerfanos y enfermaron de diversa gravedad: Remedios Marrón Fernández, Manuel Marrón Fernández, Miguel Marrón Fernández y Francisco Marrón Fernández.
Se produjo también el fallecimiento de doña María Díaz González, que se encontraba en dicha matanza en calidad de matancera, dedicada a la elaboración de los distintos embutidos y preparación de carnes.
Siguen pasando los años
siguen habiendo rencores,
nadie pronuncia mi nombre
sea Remedios, o Dolores.
Dolores que convirtieron
en locura y enfermadad;
mi paso por este mundo
que tanto me hizo llorar.
Llorar por los que se fueron
llorar por los que quedaron,
que existencia tan amarga
cuando todos me acusaron.
Acusaron a mi persona
pero bien lo sabe Dios,
que nunca a nadie hice daño
y aun así, pedí perdón.
Perdón que me fue otorgado
por el Padre Celestial,
regalandome tres hijos
a quienes poder amar.
Amar hasta la locura
hasta que la muerte vino,
a ofrecerme su descanso
a mostrarme otro camino.
Siguen pasando los años
siguen habiendo rencores,
nadie pronuncia mi nombre
sea Remedios, o Dolores.